Pasear por un bosque de hayas en Otoño es introducirse en un mundo mágico, en el que las delicadas hojas del haya vibran,
cambian de color y se mueven, como bailando una fantástica sinfonía de luz y color.
Según la luz y la hora del día, el bosque adquiere una gama
distinta y se convierte en ese lugar encantado donde las hojas,
después de pasar por todos los amarillos y rojos se desprenden
y pasan a tu alrededor flotando delicadamente.
Cuando anochece, con el cambio de luz, todo se tiñe de oscuridad
y los troncos se vuelven azulados, como un presagio
del invierno que se avecina.
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