Laos era conocida como la tierra del millón de elefantes,
sin embargo actualmente solo queda una décima parte.
Son utilizados para labores pesadas de explotación forestal, agrícolas y sobre todo para los turistas.
Subirse a lomos de un elefante supone ver el mundo desde otra dimensión, todo queda allí abajo y el bamboleo lento y cadencioso
te trasporta a otras épocas y a otros mundos, donde el sentido del tiempo y de la vida era muy diferente.
Llegamos a una zona pantanosa donde solo se puede ir con canoa o en elefante. Inmensa llanura verde donde solo percibes la profundidad del agua cuando estas ya hundida en ella, y encima del elefante, que te protege de unas aguas nada tranquilizadoras.
De lejos, las pescadoras surgían de la hierba como si estuvieran de pie y solo percibías las canoas a corta distancia, o cuando las figuras se movían a compasadamente a la misma velocidad.
Las elevaciones estaban ocupadas con arboles, búfalos sesteando y cabañas de labranza y todo rodeado por una espesa masa vegetal.
Mujeres pescadoras que solo llevan las redes, una pértiga para empujar la canoa y un recipiente para guardar la pesca.
Ésta nos señalaba una serpiente escondida entre las hierbas.
Después del paseo llega el baño, del que los elefantes disfrutan
con auténtico placer.
sin embargo actualmente solo queda una décima parte.
Son utilizados para labores pesadas de explotación forestal, agrícolas y sobre todo para los turistas.
Subirse a lomos de un elefante supone ver el mundo desde otra dimensión, todo queda allí abajo y el bamboleo lento y cadencioso
te trasporta a otras épocas y a otros mundos, donde el sentido del tiempo y de la vida era muy diferente.
Llegamos a una zona pantanosa donde solo se puede ir con canoa o en elefante. Inmensa llanura verde donde solo percibes la profundidad del agua cuando estas ya hundida en ella, y encima del elefante, que te protege de unas aguas nada tranquilizadoras.
De lejos, las pescadoras surgían de la hierba como si estuvieran de pie y solo percibías las canoas a corta distancia, o cuando las figuras se movían a compasadamente a la misma velocidad.
Las elevaciones estaban ocupadas con arboles, búfalos sesteando y cabañas de labranza y todo rodeado por una espesa masa vegetal.
Mujeres pescadoras que solo llevan las redes, una pértiga para empujar la canoa y un recipiente para guardar la pesca.
Ésta nos señalaba una serpiente escondida entre las hierbas.
Después del paseo llega el baño, del que los elefantes disfrutan
con auténtico placer.
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