Fuimos al monte sin la certeza de que hubiese nevado la noche anterior,y nos encontramos con un espectáculo blanco
y cristalino que cubría todo.
Las primeras nieves caídas sin que los árboles
hayan perdido las hojas, transforman al bosque en un mundo mágico lleno de delicadeza y frescor. Escenario extraordinario
que llena el espíritu de alborozo y exaltación, y sin pensar,
te encuentras invadido de alegría.